Quién pudiera volver a sentir mariposas…
Tú y yo entrando en la ciudad a gran velocidad, agarrada a tu espalda y sintiendo con emoción el viento frío en las mejillas.
Una taza de café caliente en una tarde lluviosa, arropada en mi sofá leyendo una revista -o el catálogo de Ikea.
Yo en el autobús nocturno, mirando por la ventana cómo me saludas desde la moto, conduciendo en paralelo a la marcha del autobús.
Un libro que me atrapa y me impide cerrar los ojos e irme a dormir.
Tú y yo en el tejado, fabulando sobre qué estarán haciendo los vecinos bajo de nuestros pies.
Una tarde de invierno en una terraza, con los ojos cerrados y sintiendo el calor del sol en la piel.
Yo bajando a trote las escaleras que llevan de la oficina a la calle, sabiendo que me esperas en la siguiente esquina.
Un desconocido que te da las gracias por haberle ayudado.
Tú y yo descubriendo que una hermosa playa es, además, solitaria.
El ronroneo de un gato satisfecho en mi regazo.
Tú y yo en el mirador del Carmel, con un vaso de vermut en la mano y unas risas.
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… Mariposas!